Maternidad y Paternidad a edad temprana
Art. 35.- Las personas adultas mayores, niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, personas privadas de libertad y quienes adolezcan de enfermedades catastróficas o de alta complejidad, recibirán atención prioritaria y especializada en los ámbitos público y privado. La misma atención prioritaria recibirán las personas en situación de riesgo, las víctimas de violencia doméstica y sexual, maltrato infantil, desastres naturales o antropogénicos. El Estado prestará especial protección a las personas en condición de doble vulnerabilidad.
El hecho de convertirse en padre o en madre no es sólo un acto biológico, sino que tiene un significado más profundo, que encuentra una total resonancia en la interioridad de las personas. El hombre y la mujer encuentran en la procreación una confirmación de su madurez no sólo física, sino moral.
Vivir la maternidad y paternidad es un proceso que deberíamos comenzar antes del embarazo. Primero, analizando nuestras condiciones materiales, económicas y sobre todo organizativas, pues más que dinero el niño necesita atención, también es conveniente tener diseñada la manera en la del cuidado y beneficio del niño.
Pero sobre todo una maternidad y paternidad a edad temprana es hacerse responsables profundamente sobre la manera en la que criaremos al niño, comprendiendo sus necesidades y sus procesos evolutivos e independientes. Debemos ser completamente dueños de nuestras decisiones y seguros de ellas, mediante el estudio, el aprendizaje, la creación de redes de apoyo y sobre todo y ante todo, el diálogo abierto y amoroso.
A PATERNIDAD Y MATERNIDAD A EDAD TEMPRANA
A este tipo de situaciones podría agregarse la de los planes truncados, pues las y los jóvenes se tienen que adaptar a un nuevo rol no previsto, el cual implica una serie de decisiones que probablemente ni siquiera se hubieran imaginado, que los expone a continuas frustraciones y desajustes.
Antes de los 20 años, las y los jóvenes son, usualmente, dependientes de su madre y padre en lo económico y en lo emocional. Están definiendo apenas sus planes para la vida adulta y sentando las bases para llevar a cabo ese plan (por ejemplo, estudiando o aprendiendo un oficio). Pero puede ser también que se encuentren profundamente desorientados, desorientadas y pasivos ante su situación presente y futura.
En tales condiciones, la maternidad y la paternidad puede obstaculizar definitivamente los planes y las acciones para un mejor desarrollo personal de las jóvenes madres y padres, quienes se sentirán más confundidos y frustrados en sus anhelos e intenciones.
Las parejas suelen unirse a edades muy tempranas y las jóvenes tienen su primer embarazo también prematuramente. Por ello, es de gran importancia para el bienestar individual y social del país, que las y los jóvenes adviertan la conveniencia de prepararse para la vida, antes de unirse y tener hijas e hijos.
Aunque durante mucho tiempo se pensó que la educación sobre la sexualidad promovía el “LIBERTINAJE” entre las y los jóvenes, los estudios recientes indican lo contrario. Entre otras cosas, se requiere de información sobre los métodos de planificación familiar que permiten evitar los embarazos no deseados y los riesgos a los que se expone una adolescente con una relación sexual no protegida. Las y los jóvenes con más conocimientos tienden a retrasar el inicio de su vida sexual y a ser más precavidos cuando las inician.
La paternidad y maternidad, ejercidas de una manera responsable, es una experiencia que deberá estar presente a lo largo de la vida del individuo y que inicia en el momento en que se toma la decisión de tener un hijo, que implica preparación y madurez.
La responsabilidad en la paternidad y maternidad requiere de la aceptación y cumplimiento del compromiso de formar una familia saludable, tanto física como socialmente, que le permita tener todas las posibilidades de desarrollo y bienestar, con todo lo que implica a nivel económico, social, ético, educativo y en salud.“La decisión de tener un hijo o hija es un asunto muy serio”. Debe tenerse en cuenta que:
- La responsabilidad de tenerlo debe ser tomada en pareja y ambos deben asumir las consecuencias de su decisión.
- Concebir un hijo o hija es responsabilidad del padre y la madre, criarlo debe ser también una experiencia compartida.
- Un hijo o hija debe ser deseado. También debe ser concebido cuando la pareja lo decida.
- Los hijos tienen el derecho de nacer y desarrollarse en el seno de una familia.
- Nosotros concluimos que una pareja joven espere a que la mujer cumpla 20 años antes de tener hijos.
— Es conveniente acudir con personal capacitado para recibir orientación sobre los métodos para prevenir embarazos, que les permita fortalecer su unión, y planificar su familia.
- Antes de tener una hija o hijo es conveniente que la pareja se prepare e informe sobre los riesgos, las responsabilidades y los problemas que tendrán que afrontar.
— Deben madurar físicamente para no correr riesgos durante el embarazo. También deben estar preparados emocionalmente para que la hija o hijo sea una alegría y no una carga, deben estar plenamente seguros de lo que desean hacer.
- Los jóvenes deben darse cuenta la responsabilidad de lo que es tener un hijo,ya que la pareja debe encargarse del niño que han traído al mundo, como la alimentación, la salud, la educación y proporcionarle felicidad para un buen desarrollo dentro de su entorno. A pesar de que un niño es una felicidad los jóvenes los ven como una carga ya que sus sueños se ven frustrados y no pueden superarse como lo tenían planeado.
— En el caso de mantener relaciones sexuales con tu pareja es recomendable usar protección para evitar embarazos no deseados.
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